Introducción (1)
El
Barrio Almagro de la ciudad de La Serena está ubicado en la ribera sur de la
desembocadura del río Elqui en toda la extensión de la calle Almagro, arteria
fundacional de la ciudad. Se encuentra inserta en su Zona Típica por el límite
norte y es un barrio fundamentalmente residencial. Sus habitantes son de la
tercera edad y son propietarios de sus viviendas, construcciones de adobe que
en la actualidad se encuentran con un significativo deterioro tanto estructural
y material, como en sus instalaciones de servicios y sistemas de protección,
situación que se ve agravada por su tipología arquitectónica de fachada
continua.
En
este contexto, se han ido configurando diversos escenarios de riesgo a partir
de distintos elementos que tienen relación en gran parte con la forma de
desarrollo que ha adoptado la ciudad, y con los marcos normativos que han condicionado
en buena medida estos procesos. Es urgente atender y abordar los elementos de
vulnerabilidad del barrio ante la posibilidad de ocurrencia de un evento
desastroso, sobretodo en este momento, que tras los sucesivos acontecimientos
catastróficos que han tenido lugar en la ciudad durante el año 2015 (terremoto
y tsunami, temporales e inundaciones, incendios en zonas urbanas), la situación
de vulnerabilidad del territorio se ha agudizado y ha comprometido el bienestar
y desarrollo de las comunidades. Para ello hay que analizar en una primera
instancia los factores de vulnerabilidad social y ambiental que mantienen
expuestas a las comunidades del barrio Almagro, para así posteriormente
determinar posibles vías para aminorar sus niveles desde una perspectiva
preventiva y de mitigación de los riesgos. En estas etapas del ciclo del
desastre potencial anteriores a su ocurrencia, es fundamental incorporar
participativamente a todos los actores sociales involucrados, ya que, tal como
lo demuestran las recientes experiencias de desastres socionaturales en el país
y en localidades extranjeras, esta es la forma más efectiva y sustentable en el
tiempo de hacer frente a las situaciones de riesgo y acontecimiento mismo de
los desastres. Son las propias comunidades las que viven la realidad cotidiana
de sus territorios y por esto, son las que poseen un conocimiento de su entorno
asociado a prácticas de resistencia ante el medioambiente cambiante.
Vulnerabilidad
desde la paradoja: cómo la normativa de protección del Barrio Patrimonial
deviene fomento de su deterioro
El
Barrio Almagro desde su origen se ha configurado como un sector residencial
asociado a los lugares de trabajo de sus habitantes. La fábrica CCU ubicada en
el mismo Casco Histórico, actualmente desocupada, le proporcionó a sus trabajadores
viviendas, construyéndose la Población Floto que es parte del Barrio. La
erradicación de la fábrica junto con el envejecimiento de la población han
contribuido de forma importante a la obsolescencia urbana del barrio, ante la
pérdida de las principales actividades económicas que lo dinamizaban y relacionaban
con el resto de la ciudad, de manera que en su ausencia, el sector ha quedado
relegado a la periferia transformándose en un límite territorial. Esta condición de
margen se ha construido intersubjetivamente por los habitantes de los distintos
territorios involucrados en el área urbana de La Serena y son sus prácticas
cotidianas y las formas de moverse en la ciudad las que han definido al Barrio
como un margen en abandono asociado al río.
Esta
situación se relaciona directamente con su contexto político-administrativo. Al
ser parte de la Zona Típica de la ciudad está sujeto a normativas de
intervención y protección centralizadas y aplicadas por diversos organismos
públicos que trabajan sin una coordinación que asegure el adecuado cuidado y
desarrollo sustentable del Barrio. Esta falta de coordinación y la poca
claridad que existe en los roles de cada una de las instituciones mantienen a
la ciudadanía en un estado de desinformación e inseguridad permanentes que
dificulta el emprendimiento de acciones e iniciativas orientadas a mejorar sus
precarias condiciones de vida. Junto con esta disfunción estructural de las
autoridades centrales aparece el problema de la discontinuidad administrativa
de los gobiernos e instituciones públicas en todas sus escalas de poder, como
consecuencia de los constantes cambios políticos, lo que se ha traducido en la
interrupción abrupta de las voluntades orientadas a la reducción del riesgo
vinculado al deterioro del patrimonio material. Tal podría ser el caso del
actual alcalde de La Serena, Roberto Jacob, quien tiene como uno de los ejes
principales de su gestión el rescate de la memoria histórica de la ciudad,
reflejado en la implementación de programas de recuperación de construcciones
patrimoniales (2), convocando a organizaciones públicas y comunitarias. Sin
embargo, esta voluntad se mantendría sólo hasta el término de su período de
gobierno, transformándose esta situación en un nuevo riesgo para la comunidad del
Barrio, al quedar susceptible todo su entorno material al abandono y al
deterioro.
El
problema del carácter patrimonial del barrio visto ahora desde una perspectiva
de sus habitantes, encuentra otro factor de vulnerabilidad si consideramos su
composición etaria y la propiedad de los inmuebles. Sus habitantes son en su
mayoría personas de la tercera edad y propietarios de sus viviendas. Las
disposiciones normativas para la Zona Típica les exige la mantención permanente
de las fachadas de sus casas, además de asegurar su preservación, lo que incide
en la reparación de elementos interiores estructurales y de protección. Al no
disponer recursos se ven obligados a recurrir a instituciones públicas para
solicitar apoyo económico, pero al ser propietarios de un bien raíz no se les
permite tener acceso a ese tipo de beneficios estatales, ya que no cumplen con
los requisitos de pobreza material estandarizados
Es
aquí entonces donde nos encontramos con una paradoja que proviene de la
concepción del patrimonio que existe en las esferas públicas de administración
del territorio, y de cómo son los procedimientos asociados y los marcos legales
que los regulan. El carácter patrimonial del Barrio y los instrumentos
institucionales y normativos que buscan su protección y valoración, en su
aplicación concreta y sumados a las condicionantes de acceso a los subsidios
estatales, acaban por provocar el aumento progresivo de su deterioro material y
social. Con esto, las condiciones de riesgo ante potenciales amenazas de origen
sísmico y meteorológico, se han incrementado de forma sostenida, y por la
incidencia de las acciones de los organismos públicos en esta acumulación de
vulnerabilidades, es que debemos referirnos a estos eventos naturales como
desastres socionaturales.
Prevención
y mitigación del riesgo: Acciones de participación comunitaria en el fomento
del Barrio Patrimonial y recuperación del tejido social
Desde
el año 2010 entre pequeños grupos de la ciudadanía se comienza a tomar
conciencia de la relevancia que tiene el patrimonio material e inmaterial de la
ciudad para el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades. Es así
como ese año surge la agrupación ciudadana Cabildo Patrimonial, integrada por
profesionales de diversos ámbitos, habitantes de las ciudad de La Serena cuyo
interés por la protección, rehabilitación y valoración del patrimonio con la
participación activa de la comunidad, los reunió en un proyecto común. En su
búsqueda por lograr una transformación en la sociedad en cuanto a la idea que
tiene sobre el patrimonio y con esto, generar acciones concretas de
recuperación de los barrios patrimoniales con incidencia en las decisiones de las
comunidades involucradas, es que se van desarrollando iniciativas y nuevas
organizaciones sociales con esta misma orientación.
En
este ambiente de movilización ciudadana por conquistar espacios de poder en los
temas que les conciernen y afectan directamente, es que a mediados del año 2013
se funda la Organización de Fomento Barrio Almagro, integrado por miembros de la
comunidad, en su mayoría mujeres de la tercera edad. Un factor relevante que impulsó
la reunión de los vecinos en torno a estos intereses comunes fue el desarrollo
en el Barrio del Plan Piloto de Recuperación de Fachadas del MINVU, gestionado
en sus inicios por Cabildo Patrimonial, debido a que evidenció las necesidades
que habían estado surgiendo en la comunidad, relacionadas con el deterioro de
sus viviendas y los espacios públicos, y el debilitamiento del tejido social.
En
el proceso de fortalecimiento comunitario donde los actores sociales han
comenzado a identificar y desarrollar sus capacidades y recursos en vistas de
sus aspiraciones y necesidades, podemos observar aspectos identitarios y
procesos de territorialidad que han actuado como soporte de todas estas
acciones, y que al momento de incorporarlos al problema de la vulnerabilidad
ante posibles desastres socionaturales, podrían constituirse en elementos de prevención,
mitigación y resistencia determinantes en la reducción de los actuales riesgos a
los que está expuesto el Barrio y así, evitar que una catástrofe natural se
manifieste en el territorio como un desastre. Sin embargo, para que esto ocurra
es imperativo que en una primera instancia la comunidad tome conciencia del
riesgo como tal, es decir, que evalúe las amenazas a las que se encuentra
expuesta y cuáles son sus vulnerabilidades ante tales amenazas. De esta manera,
las acciones colectivas que han comenzado a emprender tendrían una mayor
coherencia con su realidad y podrían cohesionarse de mejor manera por un bien
común sustentable en el tiempo. Al respecto se podrían mencionar dos
iniciativas que han emprendido de forma organizada y que al no ser conscientes
de sus condiciones de vulnerabilidad no cobran toda la fuerza y pertinencia necesarias
para conquistar un mayor espacio de poder en los ámbitos públicos de decisión,
dificultándose la concreción de los proyectos.
El
primero busca recuperar el río Elqui a partir de la construcción de una
costanera y un parque. Podríamos decir que esta iniciativa surge desde la
identidad territorial y la memoria histórica del colectivo, ya que los conduce
a reconocer intersubjetivamente al río como patrimonio natural en relación a
las experiencias vividas en ese espacio. El río para los vecinos del Barrio es un
lugar que antiguamente vinculaba los sectores norte y sur de La Serena al haber
sido habitado como un espacio público de encuentro y recreación. Allí acontecía
la vida cotidiana y se desenvolvían los lazos comunitarios. La identidad local
es la que les permitió considerar como problemática la condición de límite a la
que el desarrollo urbano y socioeconómico lo relegó, desconectándolo de la
ciudad y abandonándolo a su deterioro. Si esta identificación del problema se
asociara con la incidencia que ha tenido en la construcción de la
vulnerabilidad de la comunidad ante posibles desastres, la voluntad que ha
movilizado estas acciones sociales tendría un mayor alcance y entre sus
objetivos se plantearía también la necesidad de reducir los riesgos para asegurar
un desarrollo territorial seguro y sustentable.
Lo
mismo ocurre con el segundo proyecto, el ya mencionado PPF, que si bien les ha
permitido recuperar las fachadas de sus viviendas y mejorar el aspecto del
Barrio, al haber sido gestionado en todas sus etapas por agentes externos, se
ha dado por concluido de forma exitosa perdiendo de vista la urgencia de
intervenir las construcciones en su estructura e instalaciones de servicios,
para así preservar el patrimonio material que constituye el Barrio y mitigar
los potenciales daños a los que están expuestos sus habitantes ante la
ocurrencia de un evento catastrófico de origen sísmico y meteorológico. En este
caso la comunidad ha tomado más conciencia de la vulnerabilidad que les provoca
el deterioro material de sus viviendas, pero al permanecer la desinformación
respecto de la importancia de la implementación de acciones preventivas ante
desastres, sus acciones pierden la claridad de sus objetivos y no logran el
alcance necesario para conseguir mejores condiciones de vida y bienestar común,
a través de procesos de fortalecimiento comunitario.
Notas
(1) Columna de opinión realizada en enero de 2016 para optar a la aprobación del Curso Abierto de la Universidad de Chile "Vulnerabilidades ante desastres socionaturales".
(2) Programa Piloto de Recuperación de Fachadas
(PPF), iniciativa cofinanciada por el MINVU y la Municipalidad, que contempla
el mejoramiento de elementos no estructurales como cornisas y zócalos, además
de la pintura de las fachadas. La reparación de la estructura de las viviendas
no se consideró por la insuficiencia del subsidio público. El PPF se empezó a
formular en el año 2013 y dio inició a los trabajos a mediados del 2014 y tiene
vigencia hasta hoy gracias a la participación organizada de los vecinos del Barrio.